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SÓLO CIENCIA

La navaja de Occam

La navaja de Occam

Se atribuye a Guillermo de Ockham (1280-1349) que fue un fraile franciscano y filósofo escolástico inglés, oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey. Sus ideas se convirtieron muy pronto en objeto de controversia. Ockham ha sido llamado «el mayor nominalista que jamás vivió» y englobándose dentro de los principios fundamentales de la filosofía de la escuela nominalista que opera sobre conceptos individualizados y casos empíricos.

 La navaja de Occam es un principio de economía o principio de parsimonia, un principio metodológico y filosófico. El concepto que describe es tan simple como revelador: ante dos posibles hipótesis para explicar un suceso, es mucho más probable que la más sencilla sea la correcta y no la más compleja.

La denominación de navaja de Ockham apareció en el siglo XVI, y con ella se expresaba que mediante ese principio, Ockham «afeitaba como una navaja las barbas de Platón», eliminando de su sistema filosófico multitud de entidades e idas innecesarias, ya que únicamente daban complejidad a algo que se podía explicar de un modo más sencillo.

Desde su concepción, la navaja de Ockham ha sido utilizada en multitud de ramas del conocimiento, tales como la economía, la lingüistica, teología, biología, informática y estadística. De hecho, se puede decir que ha pasado a formar parte de la cultura popular, ya que a la hora de mentir, la mayoría de la gente opta por la simplicidad frente a la complejidad, ya que suele dar credibilidad y mejores resultados. Otra cuestión diferente serán las evidencias que apoyen la teoría. Así pues, de acuerdo con este principio, una teoría más simple pero menos correcta no debería ser preferida a una teoría más compleja pero más correcta.

Aunque ninguna ley actual se ampara en este principio filosófico para emitir un juicio, ya que el derecho establece que las pruebas y testimonios siempre han de estar por encima de cualquier tipo de conjetura.

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