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SÓLO CIENCIA

Rutas Científicas 2011 - Día 6

Rutas Científicas 2011 - Día 6

Nuestro viaje tocaba a su fin. Amanecía el sábado y al día siguiente emprenderíamos el camino de retorno a Alcantarilla. Para la mañana estaba programada una visita guiada al embalse de El Grado, gestionado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que se localiza en las inmediaciones del municipio oscense de El Grado, aguas abajo del embalse de Mediano.

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La construcción de la presa se concluyó en 1969, represando las aguas del río Cinca junto al pueblo de El Grado. Se trata de una presa de gravedad que ocupa una superficie de 1.273 hectáreas embalsando una capacidad máxima de 400 Hm3. En él se origina el canal del Cinca que forma parte del sistema de riegos del Alto Aragón, y sus aguas se aprovechan, además, para la generación de energía hidroeléctrica. Está destinado primordialmente a regar las tierras de la zona, y en segundo lugar a la producción de energía eléctrica.

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Desde la parte superior de la presa pudimos contemplar unas maravillosas vistas del Santuario de Torreciudad con los picos de los Pirineos al fondo.

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Tras comer en el pueblo de El Grado nos dirigimos a Alquézar, municipio de la comarca Somontano de Barbastro, que debe su nombre al castillo o Al-Qasr construido en el Siglo IX por Jalaf ibn Rasid y que se convirtió en el principal punto de defensa de Barbastro frente a los reinos cristianos del Sobrarbe. En 1966 el Castillo Colegiata fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y en 1982 el casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

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Nuestro objetivo, además de pasear por las callejuelas de este precioso pueblo, era la ruta de las pasarelas que permite recorrer con comodidad el último tramo del cañón del río Vero. En ella se da una combinación perfecta entre la roca, el agua y la huella dejada por el hombre en su afán por aprovechar la fuerza de las aguas de este río, permitiendo un acercamiento a este singular enclave natural de la Sierra de Guara.

El recorrido senderista parte del casco urbano de Alquézar. A partir de él comenzamos a descender por unas escaleras y rampas de piedra, mientras contemplábamos una magnífica panorámica de la Colegiata. Pronto encontramos las primeras pasarelas de madera que permiten introducirse en el Barranco de la Fuente y acceder al cauce del río Vero, de forma cómoda y agradable.

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Durante el recorrido pudimos disfrutar de la belleza de este barranco, caracterizado por sus numerosos covachos excavados en la roca caliza y una vegetación adaptada a la humedad y frescura propia de estas gargantas (pequeños helechos, oreja de oso, saxífragas, etc.). Al llegar al lecho del Vero visitamos la Cueva de Picamartillo, situada en la margen izquierda del río, frente a la desembocadura del Barrando de la Fuente.

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El camino prosigue río abajo, a través de una espectacular pasarela metálica instalada en la pared rocosa.

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Más tarde encontramos la Presa de la Central de Alquézar y un nuevo tramo de pasarelas metálicas por las que llegaremos a la antigua Central Hidroeléctrica de Alquézar.

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Un empinado camino nos condujo de nuevo a Alquézar. Teníamos algo más de media hora para econtrar alguna tienda donde comprar algún recuerdo de esta maravillosa semana o, sencillamente, disfrutar de una buena compañía y una agradable conversación en una terraza de la bulliciosa plaza donde terminaba nuestra ruta.

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Esa noche cenábamos por primera vez fuera, en el Restaurante "El Parador" de Boltaña. Nos acompaába Oliver y, en los postres, Mari Ángeles, la Directora de la Escuela Hogar, que compartió café y charla con el profesorado mientras los alumnos bailaban al compás de la música pinchada por el ahora convertido en "Dj. Oliver". Aunque tardamos casi una hora en tomarnos el café, todavía llegamos a tiempo de demostrar las dotes bailarinas de los cuatro profesores que acompañaban al grupo.

A la una, a descansar, tras terminar de ultimar el equipaje. La ruta tocaba a su fin ...

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