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SÓLO CIENCIA

Rutas Científicas 2011 - Día 5

Rutas Científicas 2011 - Día 5

El viernes nos esperaba la "joya" de la Ruta Científica: la excursión a la Cola de Caballo, en Ordesa. Hablar del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es hablar de uno de los lugares más bellos de España. Es un paraíso que la Naturaleza nos ofrece. Grandeza que se encierra en cada valle y montaña; tremendos barrancos que bajan de las montañas para fundirse con los bosques que forman el valle y los ríos que fluyen buscando su salida.

Ordesa fue declarado Parque Nacional en el año 1918, poco después de que el rey Alfonso XII también catalogara como Parque Nacional al de Covadonga, otra maravilla de España. Pero no fue hasta 1982 cuando el parque se amplió con la superficie correspondiente al Macizo del Monte Perdido, también llamado de las Tres Sorores, más la superficie correspondiente a los valles de Añisclo, Escuaín y Pineta.

Pero es la silueta del Monte Perdido recortada con el brillante cielo el que siempre se recuerda, porque de él parten los cuatro valles que conforman este precioso Parque Natural. El Macizo del Monte Perdido se eleva hasta los 3.355 metros, en pleno centro del Pirineo Aragonés.

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El parque está configurado por una sucesión de valles montañosos de tipo glaciar, en algunos puntos cortados horizontalmente. Las laderas de los valles están cubiertas de bosques de hayas, arces, abetos, alerces y pinos. A su alrededor, los jabalíes y en especial los zorros, parecen vivir bajo la vigilancia de los quebrantahuesos y las águilas reales.

El paisaje contrasta entre la extrema aridez de los desiertos kársticos y la permanente presencia del agua saltando en cascadas y atravesando valles cubiertos por una vegetación exhuberante, constituyendo un patrimonio excepcional que debe ser protegido y conservado.

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Accedimos al parque por el pueblo de Torla, tomando el curso del río Arazas. En el traslado en autocar hasta la pradera de Ordesa (que hace las veces de aparcamiento) pudimos observar grandes bosques de pino silvestre, junto a otras plantas como acebos. La fauna asociada a estos ecosistemas va desde los arrendajos a los zorros.

Ya en la pradera comenzamos el ascenso que nos llevaría a la cascada de la Cola de Caballo, paralelos al río Arazas, observando una vegetación asociada al río (vegetación de ribera: sauces, fresnos o arces junto al río), mientras que al otro lado del camino abundan las hayas y los pinos silvestres, arbustos como el boj o el enebro y herbáceas como la pulmonaria o el helecho.

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Poco a poco vamos ganando altura, al igual que el río, que tras varios saltos de agua (Cascadas de la cueva, del estrecho…) salva un desnivel de casi 700 metros. En esta subida encontraremos un ecosistema basado en un bosque maduro de hayas y abetos en el que pudimos encontrar, además, frambuesos y otro tipo de arbustos y herbáceas.

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Finalizada la subida llegamos a las gradas de Soaso (1.650m), donde empezamos a encontrar Pino negro, propio de las zonas más altas, desapareciendo las hayas y los abetos.

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Una vez superados estos saltos, en un amplio valle, destaca el circo de Soaso, una abertura circular desde la que ya comenzamos a contemplar una preciosa extensión de terreno verde, usado como pastos ganaderos en las épocas de verano, y alzando la vista, la mole del Monte Perdido, rodeado por el curso alto del río Arazas y la bellísima cascada de la Cola de Caballo.

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Después de unos días estupendos en cuanto a la meteorología, la ventisca en la base de la cascada no invitaba a quedarse allí mucho tiempo. Eso sí, aprovechamos para fotografiar al grupo completo de nuestro centro y también a la totalidad de alumnos, profesores y monitores al completo.

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Volvimos a las Gradas de Soaso para comer. A las 17’00 horas estábamos de nuevo en la pradera de Ordesa. Hicimos los últimos metros del descenso cayendo gotitas de agua nieve sobre nuestras cabezas, acompañados de un espectacular arco iris sobre los macizos montañosos del parque.

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De vuelta a Boltaña paramos en el mirador de Jánovas, observando este "pueblo fantasma" y el embalse que, finalmente, no fue construido.

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