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SÓLO CIENCIA

Observación del cielo nocturno

Observación del cielo nocturno

El lunes, 15 de noviembre de 2010, festividad de San Alberto Magno, realizamos una observación nocturna en las inmediaciones del centro con la colaboración del profesor del mismo José Luis Gómez, al que agradecemos su excelente disposición y sus brillantes y amenas explicaciones.

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Aprovechando que la luna se encontraba en cuarto creciente observamos su superficie y localizamos las principales estrellas (Estrella Polar, Capella, Vega, ...) y constelaciones (Osa menor, Osa mayor, Leo, Pegaso, Andrómeda, Casiopea, ...) del cielo de invierno en nuestro hemisferio norte.

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También observaremos Júpiter y sus satélites. Probablemente la contribución más significativa que Galileo Galilei hizo a la Ciencia fue el descubrimiento de los cuatro satélites que giran alrededor de Júpiter que actualmente reciben este nombre en su honor. Galileo observó por pimera vez las lunas de Júpiter el 7 de enero de 1610 a través de un telescopio casero. En un principio pensó que se trataba de tres estrellas cercanas a Júpiter, que formaban una línea que atravesaba el planeta. La siguiente noche, estas estrellas parecían haberse movido en la dirección errónea, lo que llamó su atención. Galileo continuó observando a estas estrellas y a Júpiter durante la siguiente semana. El 11 de enero apareció una cuarta estrella (que luego resultaría ser Ganimedes) Después de una semana, Galileo había observado que las cuatro estrellas nunca abandonaban la vecindad de Júpiter y parecían moverse con el planeta, cambiando su posición respecto a las otras y a Júpiter. Finalmente, Galileo determinó que lo que había estado observando no eran estrellas, sino cuerpos planetarios que estaban en órbita alrededor de Júpiter. Este descubrimiento confirmó la validez del sistema Copernicano y demostró que todas las cosas no giran alrededor de la Tierra.

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Si echamos un vistazo al cielo comprobaremos que los planetas no se diferencian prácticamente de las estrellas. Sin embargo, los planetas visibles a simple vista son astros muy brillantes y se localizan fácilmente si se sabe dónde buscarlos. Se distinguen porque su luz casi no centellea, al contrario de la luz estelar, y en su giro alrededor del Sol se sitúan en el mismo plano que contiene la órbita de la Tierra. Ese plano o camino orbital se conoce como el plano eclíptico. Hay trece constelaciones en dicho plano. Forman el Zodíaco. Tradicionalmente, la decimotercera constelación, Ofiuco, no se incluye dentro del grupo zodiacal.  

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Si las estrellas se ven siempre como puntos de luz, los planetas se hallan a tan corta distancia de nosotros que los vemos como pequeños discos, desplazándose entre ellas a una velocidad que depende de su distancia al Sol de forma que los planetas más cercanos a él se desplazan más rápidamente que los más lejanos. Como norma general y aplicado a la observación de cualquier objeto celeste, cuanto más elevado esté del horizonte mejor será su visibilidad.

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