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SÓLO CIENCIA

La navaja de Occam

La navaja de Occam

Guillero de Occam nació en Surrey, Inglaterra. Entró en la orden de los franciscanos y estudió y enseñó en la Universidad de Oxford desde 1309 hasta 1319. Conocido como Doctor Invincibilis, en latín, ’Doctor invencible’, y Venerabilis Inceptor, en latín, ’Venerable iniciador’. Acusado por el papa Juan XXII de impartir enseñanzas peligrosas. Se alió con los franciscanos contra el papa en una disputa sobre la pobreza de la orden y huyó a Munich en 1328 para acogerse a la protección de Luis IV. Murió el 9 de abril de 1349 en el convento franciscano de Múnich, probablemente a causa de la peste negra. Fue rehabilitado póstumamente por la Iglesia oficial en 1359.

La navaja de Occam (o de Ockham) es un principio de razonamiento formulado al final de la Edad Media atribuido a este monte franciscano y filósofo, y conocido bajo varios nombres: principio de economíaprincipio de parsimonia o de simplicidad

En economía, el argumento de la navaja de Ockham se utiliza en la teoría microeconómica del comportamiento del consumidor. Al no ser necesaria la utilidad cardinal, sino sólo la ordinal para explicar su comportamiento, se escoge esta última, por ser la explicación más sencilla de las dos.

Principio de simplicidad o parsimonia.- "En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla, suele ser la correcta". Según esto, cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja, dice Occam. El principio de parsimonia es pues la expresión del sentido común, y su aplicación no debería plantear problema. Sin embargo, los desacuerdos surgen a la hora de definir la noción de sencillez de una hipótesis. En efecto, los hábitos de pensamientos y las creencias determinan en gran medida lo que una persona está dispuesta a considerar sencillo.

En su formulación original del siglo XV, en latín, dice «pluralitas non est ponenda sine necessitate», es decir que las cosas esenciales no se deben multiplicar sin necesidad. En lenguaje moderno significa que no se deben multiplicar las causas, es decir las hipótesis en un razonamiento: Un raciocinio basado en premisas menos numerosas y más sencillas es más verosímil. Cuanto menos se supone, mejor

La navaja de Ockham no se considera un principio irrefutable de la lógica, y ciertamente no es un resultado científico. «La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera», según el principio de Ockham. En ciertas ocasiones, la opción compleja puede ser la correcta. Su sentido es que en condiciones idénticas, sean preferidas las teorías más simples. Otra cuestión diferente serán las evidencias que apoyen la teoría. Así pues, de acuerdo con este principio, una teoría más simple pero menos correcta no debería ser preferida a una teoría más compleja pero más correcta.

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